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Recibió una Beca Leonardo de Creación Literaria y Artes Escénicas en 2024

Alejandro Andújar se emancipa como artista con ‘Obra de arte total’, expuesta en el Festival Grec de Barcelona

NORA GONZÁLEZ FORNÉS

Obras que han resonado en el panorama dramático español contemporáneo como El bar que se tragó a todos los españoles, de Alfredo Sanzol, Macbeth, dirigida por Gerardo Vera o El Golem, de Juan Mayorga, tienen algo en común: Alejandro Andújar es la persona detrás del diseño de escenografía de todas ellas. También diseñador de vestuario, a sus 46 años Andújar arrastra una larga trayectoria de 25 años en el teatro español. Cuando recibió el año pasado la Beca Leonardo en Creación Literaria y Artes Escénicas, vio la posibilidad de “dar rienda suelta” a su vertiente más artística, muchas veces limitada, en el marco de las obras teatrales, a la visión última del director. Así, desarrolló Obra de arte total, que se expone por primera vez en el Festival Grec de Barcelona, del 26 de junio al 27 de julio.

26 junio, 2025

Perfil

Alejandro Andújar

El proyecto de Andújar es difícil de clasificar. Se trata de una instalación compuesta de elementos pertenecientes a escenografías realizadas por el artista de obras pasadas. En el marco de esta primera exhibición, se ha montado en el exterior, en la Plaza de Margarida Xirgu, “una plaza emblemática al estar rodeada por dos teatros barceloneses que son el Teatre Lliure y el Mercat de les Flors”, explica el autor, y con la escenografía de La dona fantasma, estrenada hace dos temporadas en el Teatre Romea de Barcelona. “Es como si hubiéramos cogido el escenario, lo hubiéramos vaciado y puesto en la calle”, comenta.

El hecho de extraer una escenografía de su medio natural, sacarla del teatro y ponerla en otro contexto genera, según el artista, unas extrañezas interesantes. “El público siempre tiene una relación ‘de paisaje’ con la escenografía, como si mirara una gran postal de ocho por seis metros. Existe una especie de domesticidad, materializada por el escenario, ya que el público lo mira desde la embocadura de un teatro. El hecho de transformar un elemento compacto que siempre había sido visto bidimensionalmente, como un cuadro, en un objeto con el que se desarrolla una relación de volumen sin privilegiar ninguna de sus caras, como si fuera una escultura, dota de un carácter volumétrico al objeto y genera una especie de curiosidad al espectador, habituado a ver esos espacios a través del cuadrado del escenario”, ilustra Andújar.

El becario se inspira por un lado de la idea de descontextualizar el ready-made (es decir, el objeto ya construido con otro fin) como hizo Marcel Duchamp con sus urinarios, y por otro, de la teoría de Richard Wagner de la obra de arte total, a la que hace un guiño con el título de su proyecto. Andújar elabora: “Wagner argumentaba que el teatro compilaba todas las artes formuladas en un plano aristotélico: la poesía, la pintura, la música… Y esa suma generaba una plusvalía que era inalcanzable por ninguna de ellas individualmente”. Con Obra de arte total alude a esa teoría con cierta ironía, poniendo en el centro precisamente los despojos generados por el propio teatro.

Andújar, que estudió a la vez Escenografía en la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Bellas Artes en la Complutense, se considera afortunado: muy pronto en su carrera, a sus 22 años, empezó a trabajar como escenarista. Sin embargo, ha percibido un deterioro en el desempeño de sus funciones con el que no se siente a gusto: “En los últimos años ha habido un detrimento económico en las producciones. Se han privilegiado los trabajos dramatúrgicos y de dirección y se ha debilitado la capacidad artística de otras áreas como la dirección de arte, producción de vestuarios o diseño de escenografías. Se toman menos riesgos y hay una menor implicación artística. Lo visual no se privilegia como cuando empecé en los ochenta. Veo que el campo plástico, en el que me he formado y he desarrollado mi carrera, está cada vez más limitado”.

El artista indica que se encuentra en un punto de inflexión muy importante para su carrera. Se dio cuenta de que necesitaba vincularse al área de las artes escénicas con otras prácticas, más cercanas a las artes plásticas y más alejadas del diseño: “De algún modo necesitaba tener una autonomía artística y creativa que dentro del área de lo escénico no se da, por la propia naturaleza jerarquizada de una producción de teatro, en la que todos los componentes técnicos y artísticos pasan por el director. He iniciado una emancipación y estoy desarrollando unas piezas, a nivel constructivo y técnico, como creativo último”.

Obra de arte total es prueba de ello, y Andújar se plantea, en un futuro, exponerla en otros espacios vinculados a los escenarios como el Teatro Valle Inclán de Madrid, con alguna variación en el formato. La instalación de la Plaza de Margarida Xirgu está acompañada del texto curatorial del comisario Valentín Roma, en el que apunta que la propia obra es en sí una emancipación, ya que su función primigenia desaparece en este contexto: “En medio, como una suerte de hiato, la escenografía se emancipa de los tiempos y de las vicisitudes hasta ‘tomar la palabra’ frente a otro público: el transeúnte que atraviesa la plaza o pasea por el barrio, el espectador que se dirige a cualquier representación o aquellos que vienen a trabajar en las diversas dramaturgias”.

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