Fahmi Alqhai presenta el disco ‘Colombina. Music for the Dukes of Medina Sidonia’, fruto de una Beca Leonardo

El disco se ha presentado este mes de junio en el Espacio Santa Clara de Sevilla y supone la culminación del proyecto para el que Fahmi Alqhai obtuvo una Beca Leonardo 2020 en Música y Ópera. Grabado en el Convento de San Pedro de Alcántara del Colegio Mayor La Luz (Sevilla), Accademia del Piacere, bajo la dirección musical de Alqhai, interpreta una selección de obras representativas del Cancionero de la Colombina.

“El Cancionero de la Colombina es una colección de piezas musicales que se integran para conformar un libro para el uso, para el deleite, del duque de Medina Sidonia”, explica el violagambista, que ha liderado este trabajo de recuperación del compendio musical que desde hace cinco siglos se conserva en la Biblioteca Colombina de la Catedral de Sevilla. Preservado gracias al celo bibliófilo del hijo de Cristóbal Colón, Hernando, que lo adquirió en 1534, fue manuscrito muy probablemente en la opulenta capilla del Duque de Medina Sidonia, y es testimonio de la gran Sevilla del momento, entonces capital comercial europea y a punto de convertirse en la puerta de América.

Reconstruyendo una velada musical del Renacimiento

Las 95 piezas del Cancionero de la Colombina conforman el corpus polifónico más antiguo del repertorio español, siendo la mayoría obras profanas (salvo doce piezas religiosas, dos en francés, cuatro sin texto y una instrumental). El compositor predominante es Juan de Triana, aunque también contiene composiciones de otros autores de renombre como Johannes Cornago, Johannes de Urrede y Johannes Ockeghem. Los éxitos musicales del momento que debieron escuchar tanto los duques de Medina Sidonia como sus invitados, están presentes en este cancionero. Para Alqhai, esta circunstancia otorga a la colección un carácter de música intensamente vivida: “Podríamos decir que todas esas piezas son, en ese momento histórico, famosas, muy usadas por los intérpretes, por lo que, de algún modo, nos dan una imagen muy clara de cómo se podía conformar una velada musical para el duque de Medina Sidonia”.

Pero su alcance no es exclusivamente local: el carácter cosmopolita de Sevilla y el papel de España como uno de los centros musicales de la Europa renacentista hace del Cancionero un repositorio musical particularmente rico: “Ahí encontramos mucha variedad de música, de motivos (literarios también) y que representan los gustos y las maneras de esta época”, dice Alqhai. Las quince composiciones que, tras los nuevos arreglos, ofrece el disco transitan por la emocionante ternura de temas como “Qué bonito niño chiquito”, la serenidad reconfortante de “Ave Maris Stella” o la épica polifónica de “Postludium”, entre otros paisajes musicales.

Al ofrecer una selección de lo mejor del Cancionero de la Colombina, el disco permite descubrir un foco musical, la Sevilla del siglo XV, de fuerte personalidad autóctona, que atraía asimismo las mejores influencias europeas y que se convertiría, a su vez, en fuente de inspiración para el Nuevo Mundo. Exquisitamente caligrafiado, el manuscrito es fuente principal para conocer la singular escuela polifónica sevillana del siglo XV, ligada a su inmensa catedral, entonces en construcción y en la que trabajaba Juan de Triana. La mayor parte de las piezas están escritas a tres voces -otras muchas, a cuatro- y se caracterizan por ese peculiar estilo andaluz; aunque claramente influido por la escuela polifónica francoflamenca, entonces dominadora del panorama culto europeo (de hecho, se incluyen piezas de Ockeghem y Urrede), posee características singulares, como formas musicales propias —por ejemplo villancicos en su forma original profana, forma típica de la música profana española y distinta de su acepción actual— y un carácter apasionado, explícitamente reconocido por el resto de los autores europeos del momento. Añade valor cultural al manuscrito el crucial momento histórico que vivía Sevilla, pues fue compilado justamente en los años del descubrimiento de América por el padre de Hernando Colón, y su estilo musical se irradiaría desde la ciudad —sede en adelante del monopolio del comercio americano— a todas las colonias americanas.

Fahmi Alqhai

Nacido en Sevilla en 1976 de padre sirio y madre palestina, Fahmi Alqhai, está considerado internacionalmente uno de los más grandes violagambistas de nuestro tiempo. De hecho, sus actuaciones más recientes le han llevado a Dubái, Portugal, Canadá, Alemania y Austria. Y en su agenda próxima figuran eventos en Italia y Francia.

Alqhai ha formado parte de numerosos grupos de música antigua, entre ellos Hesperion XXI de Jordi Savall, con el que ha girado por todo el mundo durante más de 10 años. En 2002 fundó Accademia del Piacere, conjunto del que es director, como proyecto propio para la creación e investigación artística y musical. Con Accademia del Piacere ha colaborado con artistas de la talla de la soprano Nuria Rial, el cantaor Arcángel, el tenor Juan Sancho, la cantaora Rocío Márquez, los guitarristas flamencos Dani de Morón y Miguel Ángel Cortés, la vocalista árabe Ghalia Benali, Hana Blažíková, la bailaora Patricia Guerrero, la cantaora Carmen Linares, la soprano Roberta Mameli, o el coreógrafo y bailarín Antonio Ruz, además de el pianista clásico y de jazz Uri Caine o el virtuoso del setar Kiya Tabassian.

En 2007, junto a su hermano Rami Alqhai, crea el sello discográfico ALQHAI & ALQHAI, con el que produce y graba sus proyectos musicales, con 11 obras editadas en el mercado y a las que se acaba de incorporar Colombina. Music for the Dukes of Medina Sidonia. Desde 2009 es director artístico del FeMÀS, Festival de Música Antigua de Sevilla, en el que impulsa una programación que combina las grandes propuestas internacionales con los grupos españoles y locales, mostrando su compromiso con el tejido productivo cultural.