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Recibió una Beca Leonardo en Artes Plásticas en 2017

Un viaje iniciático para reconectar cuerpo y paisaje: Soledad Córdoba expone en Cartagena ‘Trilogía del alma’

NORA GONZÁLEZ FORNÉS

En 2017 Soledad Córdoba recibió una Beca Leonardo en Artes Plásticas para realizar un proyecto ambicioso en el que plasmaría, a través de una serie de fotografías que realizaría en desiertos recónditos, la expresión de los estados de su alma. La artista decidió dividir esa obra en tres movimientos: Trascendencia, Renacimiento y Purificación. Ahora la exposición Trilogía del alma reúne esas tres fases y se podrá visitar en el Domus del Pórtico de Cartagena (Murcia) hasta el 6 de julio.

29 mayo, 2025

Perfil

Soledad Córdoba

La fotógrafa sostiene que “el alma” al que hace mención el título de la muestra no tiene que ver con la religión católica ni budista: “Alude más bien a un proceso de búsqueda de esos momentos vitales en los que algo abstracto e inasible conecta con tu cuerpo”. Córdoba afirma que siempre ha trabajado con las emociones, con los estados vitales y su relación con la corporeidad. Por ello, en la mayoría de sus fotos, busca situar ese cuerpo en medio de una naturaleza sublime, en el sentido burkeano.

'Rito 13', fotografía de Soledad Córdoba.

‘Rito 13’, fotografía de Soledad Córdoba.

Para este proyecto en concreto, la artista emprendió un “viaje iniciático” por Estados Unidos durante cuatro meses de verano y otoño, donde realizó un trabajo de localización que incluía un proceso de comunión con el propio espacio. “El desierto para mí era fundamental. Es un lugar en el que te encuentras sola ante la nada, y frente a esa naturaleza indómita tu cuerpo tiene que conectar con el exterior. Al principio en Estados Unidos localizamos parajes, por ejemplo de lagos salados secos, recorriendo kilómetros de carretera y con la ayuda de Google Earth. Una vez detectados, solía pasar ahí el día entero para ver cómo funcionaba la luz y para vivir, aunque brevemente, en el sitio”, explica.

Las fotografías de Soledad Córdoba son el fruto de un trabajo de puesta en escena previo milimetrado: “Mi trabajo tiene una dimensión muy performática. Para llegar a una foto paso por un proceso en el que me creo a mí misma para alterar mi estado a través de emociones y experiencias. Eso lo transmito a través de personajes como chamanas que se asoman a dos mundos, o peregrinas que operan como guías”. Desde sus inicios, se sirvió de ella misma, de su propio cuerpo, como soporte de su obra, para contar desde su vivencia una historia, transformando también el propio proceso creativo en un rito. “La parte de resistencia física de estar inmóvil bajo 40 grados en el desierto sosteniendo unas piedras durante varias horas también forma parte del proceso”, apostilla.

'Rito 3', fotografía de Soledad Córdoba.

‘Rito 3’, fotografía de Soledad Córdoba.

Asimismo, Córdoba ha creado una simbología que remite a rituales primitivos de otras culturas, y que incluye elementos recurrentes como piedras, cuerdas, velos y máscaras: “Venimos del polvo de las estrellas, así que las piedras son un elemento para conectar con esa parte de la tierra”. Juega además con el eco de los colores azul y rojo en distintas imágenes: “El rojo evoca esa transmutación del estado de Purificación, de quemar para renacer, y el azul hace referencia al Renacimiento, del surgimiento de las aguas de un estado líquido”.

Desde que Trascendencia, el primer movimiento de la obra, se expuso en 2019 en La Cárcel de Segovia, el proyecto no ha dejado de itinerar. Sin embargo, con el tiempo, apunta Córdoba, “adquiere nuevas perspectivas”: “Gracias a la visión de cada comisario, se hacen relecturas de la obra. Por otra parte, no puedo dejar de conectarlo con mi nueva realidad de ser madre. Por ejemplo, ese proceso de crear vida, de aceptar una nueva identidad, resuena mucho conmigo cuando veo las obras de Renacimiento”.

‘Rito 16’, fotografía de Soledad Córdoba.

‘Rito 16’, fotografía de Soledad Córdoba.

Su proyecto actual, Mater oblatio, habla precisamente de la maternidad desde una visión no idealizada de dar a luz a otro ser, que ya asomaba en su anterior obra. “Se podría decir que trabajo con un proyecto extendido en el tiempo, que realmente todas mis obras están conectadas de alguna manera, y simbólicamente, con elementos y colores recurrentes, voy hilando entre proyectos”, elabora. 

Córdoba bebe de referentes como Ana Mendieta, de la cual le impactó esa conexión entre cuerpo y tierra: “Ella fue en cierto modo mi madrina artística”. Menciona además las influencias que recibió del mundo de la performance de los años sesenta y setenta, o de fotógrafas como Sophie Calle o Gina Pane: “Ellas trabajaban los temas de los feminismos por medio de sus propios cuerpos, y fueron las madres de todos estos movimientos similares posteriores”.

‘Rito 5’, fotografía de Soledad Córdoba.

‘Rito 5’, fotografía de Soledad Córdoba.

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