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Trabajo desarrollado con una Beca Leonardo

Un equipo de investigación pone a disposición de los profesionales un cuestionario para detectar situaciones de violencia en relaciones de pareja entre adolescentes

El investigador Javier Ortuño, profesor titular de Psicología en la Universidad de La Rioja ha liderado una investigación para evaluar la fiabilidad y validez de un cuestionario para detectar situaciones de violencia en relaciones de pareja entre adolescentes, que puede ser utilizado por orientadores, psicólogos y profesionales de la intervención con menores. El trabajo ha contado con una Beca Leonardo a Investigadores y Creadores Culturales en 2020.

13 abril, 2023

Perfil

Javier Ortuño Sierra

Muchas de las situaciones de maltrato o violencia en la etapa adulta ya empiezan a ser manifiestas en la adolescencia. En el ámbito de la violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes existe un cuestionario, empleado por profesionales, para detectarlas. Se conoce como MCTS (Modified Conflic Tactics Scale o Escala de Conflictos Modificada), y permite detectar situaciones de violencia en las relaciones de pareja a diferentes niveles: desde el más bajo, que sería violencia verbal, hasta situaciones de agresión física severa.

Ahora, el grupo investigador PRISMA, de la Universidad de La Rioja, liderado por el investigador Javier Ortuño ha analizado y evaluado la versión española de este cuestionario, y ha constatado su fiabilidad y validez para ser utilizado por orientadores en los centros escolares, psicólogos en el ámbito clínico y profesionales de la intervención con menores para detectar comportamientos violentos recibidos e infringidos. Para el estudio, han tomado una muestra de 1248 jóvenes de entre 13 y 21 años de La Rioja.

Este cuestionario incluye preguntas que comprenden un menor o mayor grado de agresión recibida o emitida, planteadas en orden, y además algunas son agresión verbal y las otras física. Algunos ejemplos de estas preguntas son: “¿Tú has dicho o hecho algo para fastidiar o «picar» a tu novio/a? ¿Tu novio/a ha dicho o hecho algo para fastidiarte o «picarte»? / ¿Tú has amenazado con golpear o lanzar algún objeto a tu novio/a? ¿Tu novio/a te ha amenazado con golpearte o lanzarte algún objeto? / ¿Tú has intentado sujetar físicamente a tu novio/a? ¿Tu novio/a ha intentado sujetarte?”.

Ortuño, el investigador principal, explica que, aunque el cuestionario ya existía, sus propiedades psicométricas estaban muy poco analizadas en población adolescente en España. “Cuando hablamos de propiedades psicométricas hablamos de las evidencias de fiabilidad y validez. Cuando se desarrolla un cuestionario hay que asegurarse de que mide lo que pretende medir, y que lo hace de manera precisa”, indica. Añade, además, que el cuestionario primero se tuvo que traducir y valorarlo desde otro idioma que no era el original, donde también puede haber diferencias significativas de expresiones o formas de entender a nivel cultural. “A nivel cultural los cuestionarios no siempre funcionan, aunque esté perfecta la traducción hay que valorar cómo funciona realmente donde se va a aplicar”, apunta.

“Nosotros hemos evaluado su fiabilidad y validez, y que pueda ser utilizado por igual en chicos y en chicas, en menores y mayores de edad”, explica. “Se utiliza el mismo cuestionario para todos, y hemos constatado que se pueden comprar las puntuaciones de chicos y chicas, y de adolescentes de diferentes edades”.

Otro aspecto importante del trabajo es que se ha hecho una correlación entre este cuestionario y otro ya existente de actitudes hacia la violencia, constatando una asociación positiva y estadísticamente significativa. “Es decir, aquellos adolescentes que justifican en mayor medida la violencia en ciertas situaciones son aquellos que están mostrando luego conductas más violentas”.

“Este tipo de instrumentos permite una detección temprana para, a partir de ahí, poder instaurar medidas que se estimen convenientes. Si esto se implementa de manera masiva en centros educativos permitirá poder detectar estas situaciones en aquellos adolescentes que estén experimentando o ejerciendo este tipo de conductas y trabajar en la prevención”, concluye Ortuño.

Entre los próximos pasos, el investigador se plantea analizar cómo se relacionan los resultados de este cuestionario con otros indicadores de bienestar como la salud mental. Además, también considera relevante extrapolar este trabajo a otras comunidades autónomas e incluso a nivel nacional.