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La obra, editada por Alfaguara, es fruto de una Beca Leonardo

Renato Cisneros lanza ‘El mundo que vimos arder’, una novela sobre “el desarraigo y cómo nunca aprendimos las lecciones de la guerra”

El lunes 27 la Casa de América acogió la presentación de El mundo que vimos arder, novela que Renato Cisneros ha escrito gracias a una Beca Leonardo y que ahora ve la luz en el sello Alfaguara. El bombardeo de Hamburgo en la Segunda Guerra Mundial sirve como eje para componer una trama a la vez histórica y contemporánea en la que el autor reflexiona sobre la inmigración y la locura de la guerra.

23 noviembre, 2023

Perfil

Renato Cisneros

La génesis de El mundo que vimos arder podría ser lo que Renato Cisneros (Lima, Perú, 1976) denomina “un homenaje a lo fortuito. En 2014 llegó a mis oídos la historia de un peruano, hijo de padre italiano y madre alemana, que había acabado bombardeando Hamburgo en 1943. Aunque me llamó la atención, estaba inmerso en otro proyecto literario, así que me limité a publicar una columna en un periódico de Perú. En 2020, Facebook me recordó aquella columna y la historia me interpeló con mucha más fuerza aún, porque en ese momento yo vivía ya en España y conocía bien esa experiencia del inmigrante de estar detenido en una suerte de limbo entre el país al que perteneces y el país que te acoge; esa sensación de haber dejado una vida que avanza fantasmagóricamente, la vida hipotética que habría tenido de haberme quedado. Creo que todos los migrantes tenemos que lidiar con esa vida no vivida y reinventarnos en la sociedad que nos abre los brazos”.

La serendipia continuó porque el redescubrimiento de aquella vieja historia “coincidió con la pandemia y con que me había quedado sin trabajo -trabajaba para una radio importante en el Perú-, lo que me permitió dedicarme por completo a la ficción; y surgió la posibilidad de presentarme a la Beca Leonardo. Y cuando se resolvió la beca justo se habían abierto de nuevo las fronteras por lo que pude realizar el trabajo de investigación en Hamburgo y Trujillo (Perú) que, junto con Madrid, son las ciudades donde transcurre la novela. Por eso la historia -que se inspira en un hecho real, pero a la vez es completa ficción- rinde también homenaje al papel de lo azaroso que rige nuestras vidas”.

El mundo que vimos arder se construye sobre “dos historias de migración (una del siglo XX y otra del XXI) dentro de una estructura circular, con dos planos temporales cuya alternancia es parte de un juego de espejos”, explica el escritor. El bombardeo de Hamburgo desempeña un papel principal: “Aunque tal vez el que más trascendió es el bombardeo de Dresde, sin duda el más mortífero fue el de Hamburgo, hasta el punto de que se le conoce como ‘el Hiroshima europeo’. La denominada Operación Gomorra fue fruto de una estrategia de los aliados que a la larga funcionó en alguna medida, pero que también permitió que los ingleses y los americanos cometieran crímenes de guerra que no se han visto en la situación de reconocer”.

Y este es precisamente el tema de la novela, resalta Cisneros: “Lo que quiero decir con ella, entre otras cosas, es que ninguna guerra puede ser analizada implícitamente bajo el esquema de buenos y malos. Hubo millones de alemanes que se oponían al nazismo, que intentaron no plegarse a él, y que lo perdieron todo -empezando muchas veces por la vida- durante esos bombardeos. Al mismo tiempo sabían que tenían que ser humillados por los aliados para que terminara la tiranía de Hitler. Y del otro lado, el de los héroes que liberaron los campos de concentración y derrotaron al nazismo y al fascismo, se cometieron muchos crímenes y muchos de esos soldados, veteranos de 24 años, volvieron enloquecidos, carcomidos por la violencia y nunca pudieron rehacer su vida del todo. Por eso, quería contar esa operación, que fue devastadora, desde el suelo y desde el aire, para narrar las dos perspectivas: la de los pilotos que soltaron las bombas y que sienten también pavor de lo que están haciendo; y la de las familias que sufrieron el impacto de las bombas”.

La perspectiva no puede ser más actual, pues “hace 80 años, la locura de la guerra parecía habernos dejado unas lecciones que no traicionaríamos nunca y hoy seguimos hablando de bombas, de búnkeres, de éxodos…: nunca aprendimos la lección. La novela es una reflexión sobre la violencia que hay en cada uno de nosotros, sobre cómo la reproducimos y también sobre la relación que tenemos con ese concepto tan anacrónico que es la patria”, concluye el escritor.

Preguntado sobre el papel de la Beca Leonardo en el proyecto, Cisneros asevera que “lo supuso todo. En un momento en el que me encontraba en la indigencia laboral me dio la oportunidad de organizar mi tiempo en función de la escritura de la novela, y luego invertir la ayuda en viajes a los lugares donde se desarrolla la trama que de otra forma no habría podido hacer, además de acceder a otras muchas fuentes de documentación”.