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La ópera de cámara ‘Poeta en Nueva York’, fruto de una Beca Leonardo, se estrena el 12 de junio en Sevilla

Alberto Carretero transmuta la poesía de Lorca al género operístico

NORA GONZÁLEZ FORNÉS

Adaptar uno de los poemarios más famosos de Federico García Lorca al género operístico es un reto al que el compositor Alberto Carretero quiso enfrentarse. Tras conseguir una segunda Beca Leonardo en 2023 –la primera la obtuvo en 2021 para la composición de Renacer, una vídeo-ópera sobre textos de Francisco Deco y pinturas de Juan Lacomba– el también catedrático en el Conservatorio superior de Sevilla volvió a proponer un proyecto interdisciplinar, que esta vez incorpora recital, canto, música instrumental y baile. Su resultado es la ópera de cámara Poeta en Nueva York, que se estrena el próximo 12 de junio en el Espacio Turina de Sevilla.

29 mayo, 2025

Perfil

Alberto Carretero

Carretero habla sobre la dificultad que supuso la adaptación de la obra a otro género totalmente distinto: “Un poemario no sigue la estructura dramática tradicional de una novela o de una obra de teatro, y es más abstracto. No hay personaje principal como tal, aunque podríamos decir que la palabra es la verdadera protagonista”. En esta ópera se entremezclan varias voces: la del cantaor flamenco Sergio el Colorao; la del barítono Javier Poverano, que es la voz lírica; y una voz femenina en off, que no tiene corporeidad, la de Laura García Lorca, sobrina del poeta. A estas se le suma también la presencia en el escenario del bailaor Marco Flores.

Para construir la estructura de la obra, que parte íntegramente de los textos sin alterar del poeta granadino, Carretero cuenta que emprendió una labor “casi de arqueología”. Releyendo el poemario –“ha sido mi favorito desde niño, y siempre descubro capas a las que no había llegado antes”– encontró círculos concéntricos que le permitieron dar con un hilo conductor. Al viaje literal que Lorca emprende hacia el nuevo continente, se suma un viaje interior que conlleva una transformación personal y poética: “Las experiencias que vivió en Nueva York y Cuba van creando un nuevo Federico. En una carta escribió: ‘Me miro al espejo y no me reconozco ni a mí mismo’. Me pareció una imagen fuerte, realmente conmovedora, y articulé la ópera en torno a ella”.

El trazado de esta obra se asemeja, explica el becario, a una espiral, que gira alrededor de esa idea de transformación. “El viaje comienza en la infancia de Federico, como recuerda en su primer poema. Y a partir de esa niñez va entrando en el mundo de los sueños, con la llegada a Nueva York, que puede ser maravilloso, pero también producir monstruos, en el que hay lugar para la fascinación, para el amor, para lo más duro y crudo, y en el que confronta a la muerte”, elabora Carretero. 

El Nueva York al que llega Lorca en 1929, asegura el becario, se asemeja en muchos aspectos a un entorno que encontramos hoy en todas las ciudades globalizadas. “Él habla de Nueva York como ciudad de lo imposible, de lo surrealista, y ese universo de la gran urbe, en la que todo confluye y se diverge, es perfectamente aplicable al Nueva York de hoy, pero también a Madrid, Londres o incluso Sevilla. Hoy es normal que tu vecino sea pakistaní, que tu hijo aprenda chino en el colegio o que tu teléfono móvil te aconseje como una persona. Todas las fronteras son cada vez más difusas, y ya no sabes muy bien dónde está la máquina y dónde el humano, dónde está lo que es autóctono y lo que no”, reflexiona Carretero.

El autor retoma la idea de la identidad a través de la metamorfosis, tema central de la ópera: “En los textos de Lorca hay una confrontación del ‘yo’, que se metamorfosea, que se desprende de algo, y esa especie de crisis o duda abre las puertas a otro ‘yo’. El antiguo muere para nacer de nuevo, y eso es algo que también conlleva la propia creación artística”. De hecho, el becario considera que la necesidad de crear esta pieza proviene de su concepción personal de la radicalidad: “Más que algo que rompe con todo, veo la radicalidad como la búsqueda de la identidad de cada uno en las raíces. Yo también he bajado a las raíces para escudriñarlas e intentar comprender por qué soy como soy a través de la composición de esta obra”.

Creando este juego de espejos, la obra plantea el viaje de Lorca como punto de partida para reflexionar sobre nuestro propio recorrido vital y para tratar de entenderlo. Carretero espera que, tras su estreno este 12 de junio en Sevilla, se sumen representaciones en distintos espacios. De momento, anuncia, pasará también por el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

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